En Bogotá, Colombia, un grupo de hermanas de Argentina y Bolivia tuvimos la dicha de participar al Encuentro Continental que ha reunido las superioras regionales de Estados Unidos, Colombia-Venezuela, Brasil Norte y Sur, Argentina-Bolivia, junto con 14 hermanas que trabajan en la pastoral con pueblos originarios y la Hna Natalina, consejera general.
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| el grupo de las 20 hermanas que participaron al encuentro continental |
Desde Argentina y Bolivia fuimos la Hna Gabriella, Hna Hannah, Hna Marisa, Hna María Elena y Hna Stefania. La acogida de las hermanas de Colombia fue "la flor de la caridad", como diría nuestro Padre Fundador: cada detalle, cada atención con tal que nos sintiéramos bien, en casa.
Las 20 hermanas participantes vivieron juntas la primera parte del recorrido: compartir de la vida misionera con los pueblos originarios del Continente, luego un tiempo de reflexión, oración y compartir sobre nuestro carisma misionero consolatino. La verdad, un tiempo de mucha gracia, pues en el compartir sincero y profundo de cada una enriqueció y animó las demás, con su experiencia de vida y de oración.
Desde el martes 24, los dos grupos se dividieron: las Superioras regionales se encontraron con Hna Natalina, para preparar el trabajo del Capítulo General de Mayo, mientras que las demás hermanas siguieron su reflexión sobre la misión con los pueblos originarios.
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| el grupo de hermanas de la Pastoral Indígena |
El encuentro se hizo en la Casa de Espiritualidad de Bogotá. donde viven también las hermanas mayores, entre las cuales está Hna Ricarda, que va a cumplir 100 años dentro de pocos meses, y que fue del primer grupo que llegó a Colombia. Estas hermanas Sacramentinas nos sostuvieron con su oración todo el tiempo, y no faltaron momentos que pasamos juntas: saber que estas columnas del Instituto nos estaban cerca, fue una fuerza única.
Pudimos visitar también el Santuario de la Virgen de Chiquinquirá, patrona de Colombia, y a nuestra madre la virgen le confiamos todos los caminos de bien, de misión, también los sueños que están en nuestros corazones: ella es Madre, y sabe como acompañarnos.
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| el grupo al Santuario de Chiquinquirá |
Salimos de Colombia con el corazón lleno de muchas cosas: antes que todo,
infinita gratitud a las hermanas que nos acogieron y mimaron desde el primer momento.
Mucho ánimo para seguir caminando y entregando nuestras vidas a los pueblos que el Señor nos ha regalado.
Lindos recuerdos de la fraternidad que hemos vivido y saboreado.
La belleza de Colombia en los ojos y sus ricos sabores.
La alegría de sabernos familia, aunque vivamos esparcida en todo el Continente, pero unidas por los mismos sentimientos y por el único fuego de pasión missionera.
Reviewed by abconsolata
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Excelente espacio ... felicitaciones hermanitas y ¡seguimos acompañándoles en oración! ¡Un fuerte abrazo! ¡Qué Dios las siga bendiciendo!
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