ABConsolata

Misioneras de la Consolata en Argentina y Bolivia
¡BIENVENID@S!

Crónicas desde el Impenetrable Chaqueño


Marcelo Nievas, joven periodista chaqueño, hace algunos meses vive en Comandancia Frías, y nos relata su encuentro con las Hermanas Misioneras de la Consolata que allá viven.

Marcelo, Ariela y Alma con las Hermanas de la comunidad de CF
Comienza una nueva etapa de nuestra vida. De tanto pedir, de tantas súplicas, al fin se dio la posibilidad para que Ariela, mi señora, consiga trabajo. Estamos muy contenos, hasta Almita, nuestra pequeña niñita de dos años y seis meses, al percibir nuestras alegrías, pues ella también lo está.
Comandancia Frías creo que ha sido el lugar propicio para nosotros y sumamente positivo para Alma, diría es un lugar perfecto. Y además nos ayudó a consolidarnos como pareja y como padres aún más.
La llegada a este lugar se da de la siguiente manera: es un pueblito muy pequeño, prácticamente escondido en el monte del Impenetrable Chaqueño, tanto es así, que cuando nos pusimos a buscar imágenes del pueblo o de un mapa de referencia, no encontramos. Este pueblito sin dudas es ignoto, estoy cuasi seguro que para el mundo y gran parte de las personas que viven en la Provincia del Chaco, o sea de su misma Provincia, es inexistente. Lo único que encontramos como mapa de referencia fue un micro-croquis, que contenía el trazado de una ruta por el que teníamos que seguir para llegar a Comandancia Frías.
La primera persona que se encamina para Frías es Ariela. Su partida no fue sencilla: parte de Quitilipi un día domingo, con destino la Fundación Valdocco, a 4 km de Comandancia Frías. Pero el mismo domingo que partió, comenzó a llover. Cualquiera diría: está lloviendo, si no hay viento o la lluvia no es tan intensa, no pasa nada. Pero no es así: el inconveniente que se tiene con las lluvias en esta zona, donde hay que transitar 250 km por camino de tierra, es grande, practicamente es imposible hacerlo.
Todas las personas que tenían como destino el mismo lugar, todos ellos profesores, tenían como punto de encuentro la localidad de Juan José Castelli, portal del Impenetrable Chaqueño. Son 197 km de Quitilipi.
Por la lluvia, pudieron llegar solo hasta Fuerte Esperanza, a 90 km de la Fundación Valdocco y de Frías, entonces regresaron a Castelli y permanecieron variados días.
La primera noche sin Ariela fue una de las noches más tristes que tuvimos todos, sobre todo cuando llegó la hora de dormir. Alma, nuestra niñita, jamás hasta ese día había dormido o quedado sin su mamá. Observando a “Almita”, era una de sus noches más tristes, a todos nos partía el “alma” verla llorar y pedir por su mamá, nosotros no otra cosa más que ponernos a llorar con ella, lo único que nos salía. Pobre mi niña es algo que no quiero recordar, cada vez que lo hago me pongo a llorar.    
Después de algun tiempo, Ariela consiguió trabajo en la escuela del pueblito, y dejó la Fundación Valdocco. Como ya había conseguido el alquiler, nos avisó, nos pusimos en marcha en preparar las cosas que teníamos que traer.
Almita y yo estábamos muy ansiosos, esperando a que llegue ese bendito día para encontrarnos con Ariela. Después de una semana de preparativos llego el gran día, muy entusiasmado emprendimos el viaje.

Volley con l@s chic@s del pueblo

Una vez ya establecidos, me invadía una gran curiosidad por saber todo acerca de este pueblito, sobre todo su idiosincrasia.
Lo que observo es que estamos lejos de todos y de todo, por ejemplo, tv, se puede mirar solo con antenas Directv. El agua potable no es tan buena, al agua del aljibe hay que hacerla hervir, no hay ripios, calles pavimentadas, mucho menos asfalto.
Lo que veo es gran cantidad de aborígenes mezclados con criollos. Los criollos la mayoría son del lugar. Sin embargo esta zona es reserva aborigen.
Desde mi punto de vista este pueblito paulatinamente comienza a prosperar y a fortalecerse para formarse como un gran pueblo.
También en este camino de pujanza, se encuentran las hermanas Misioneras de la Consolata. Son de las pocas hermanas que conocí con una dinámica admirable, con ganas de hacer cosas, hablar con las personas, proyectar acciones con los jóvenes, ejemplo: jugar al vóley, hablarles todo el tiempo que es necesario. Como dicen los chicos, las hermanas se pusieron las pilas.
El pueblito tiene muy pocas cuadras, a su alrededor tiene una inmensa vegetación, un río extenso, cuando crece su cauce lleva todo lo que está a su paso. Esta zona es un mundo aparte.
Las personas que viven acá, les gusta el mate dulce, a toda hora, siempre está la propuesta de un buen mate dulce. Este pueblito no cuenta con municipalidad, ni siquiera una comisión de fomento. Tan solo funciona como una delegación, que pertenece a la municipalidad de Fuerte Esperanza, entre ambas hay una distancia de 90 kilómetros. Literalmente este pueblito está abandonado por sus funcionarios político.
Acá en este lugar no existe conexión vía internet.
En este lugar todo es tan duro. Por lo pronto la iglesia y las hermanas que la representan acompañan a esta comunidad.
Hablando con las hermanas, me dicen que están trabajando arduamente para mostrar a la comunidad el camino por cual transitar, para un futuro más prospero, enseñándoles también la palabra de Dios y las acciones de Jesús.
En tanto Ariela y Yo, estamos muy conectados con las hermanas que muy buenas, estamos a disposición de la comunidad en lo que necesite, y las hermanas ya saben que cuentan con nosotros en lo que necesiten, es reciproco.
Seguiremos trabajando y aprendiendo de todas estas personas, apostando a que puedan convergir en un mismo sentido.
Quizás algo quede para ellos, pero nosotros, estoy seguro, nos llevaremos mucho más y lo mejor de Comandancia Frías. 


Marcelo Nievas
Crónicas desde el Impenetrable Chaqueño Crónicas desde el Impenetrable Chaqueño Reviewed by ABConsolata on 11:04 Rating: 5

No hay comentarios:

Con la tecnología de Blogger.