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Misioneras Sacramentinas: la alegría de la misión



“¡Las quiero Misioneras Sacramentinas!” decía el Beato José Allamano, compartiendo con sus hijas su amor a Jesús Sacramentado. Y al preguntar a las Misioneras Sacramentinas de la comunidad de Moreno, “¿Qué significa ser sacramentinas?” la hermana Norberta (95 años de edad y 61 de Argentina) contesta sin duda: “Padre Fundador dijo que todas tenemos que ser Hermanas Sacramentinas, todas devotas de la Eucaristía”. Y bueno, hermana Norberta tiene razón, pero... ¿quienes son las hermanas misioneras sacramentinas?
Hermanas con “juventud acumulada” – como dice chistosamente la Norberta – que ni los años, ni la enfermedad consiguen parar en su misión. Algo cambió, claramente: no pueden andar por las calles visitando el día entero las personas, pero el corazón continúa a latir por la gente, por el anuncio del Evangelio, por el mundo entero.


el grupo de la hermanas sacramentinas en la comunidad de Moreno

A la mañana temprano están en la capilla rezando, y durante el día las podemos encontrar frecuentemente en oración. Pero también son fieles a las tareas de la casa, algunas preparan rosarios misioneros, otras escriben cartas lindas a los presos o dibujan lindos mensajes. Muy informadas sobre lo que pasa en el mundo, escuchan la radio, miran la TV, leen el diario, navegan en internet, y todo lo que encuentran a través de los medios de comunicación, se vuelve motivo de oración frente el Sagrario.
Me encuentro con un grupito de ellas, siempre muy disponibles a cualquier iniciativa: les propongo una entrevista “comunitaria”. Los recuerdos, la riqueza de largas vidas totalmente entregadas por la misión, fluyen como un río... Las hermanas María, Norberta y Nazarena tienen más de 50 años de misión en Argentina... ¡Solamente el tiempo nos hace terminar la entrevista! Voy a compartir algunas de las cosas lindas que mis hermanas mayores me dejaron, esperando que también ustedes puedan gozar de sus vidas alegres y llenas de paz, paz que nace del encuentro con Jesucristo y con la gente que ellas tanto amaron y siguen amando...

¿Pueden compartir una alegría grande que experimentaron en su vida misionera?
 “Al encontrar muchos chicos y sus familias: anunciar a ellos el Evangelio. La escuela da siempre momentos para el anuncio, también cuando se trata de un colegio del estado...” dice hermana Francisca.
Y H.na María añade: “La gente é la alegría más grande, ir al encuentro de la gente.  No importa el lugar, no importa el oficio”.
H.na Adela continúa: “Todo fue lindo. Tengo que dar gracias al Señor por haberme dado esta misión, porque yo acá me sentí muy feliz, cuando pude ir a las colonias, a la gente más olvidada. Se que muchas familias retomaran la fe.  Me encontré muy bien con las hermanas y con la gente. Qué más quiero?”
La H.na Nazarena nos comparte varias experiencias que le dieron mucha alegría, entre la cuales ésta:
“Cuando tenía la oportunidad de visitar las familias, había enfermos que nadie se preocupaba de visitarlos, porque no querían saber nada del sacerdote. Había un hombre, que no estaba mal, pero yo sentía que debía encontrarlo. El hombre, cuando me vio, dijo: “¡Soy un grande pecador, siento que mi vida no va a durar mucho, quiero que Dios me perdone mis pecados!”.
Le expliqué que era necesario un sacerdote, que era consagrado por eso, por perdonar los pecados. Aceptó, entonces yo me fui prontito y el padre fue a visitarlo. Después de dos días este hombre murió en paz y reconciliado con Dios”.
Sacramentinas en adoración 



Vidas misioneras muy ricas de experiencias, de encuentros... pero ahora están llamadas a una nueva misión: ¿qué cambió en sus vidas?
H.na Orlanda nos dice: “Me ha costado muchísimo dejar el apostolado, pero le enfermedad no me permitió de continuar. Pero el estar con Jesús Eucaristía fue lo que me fortaleció. Estar acá con todas las personas que el Señor me puso en el camino, es un renovar este sacrificio e implorar al Señor por el mundo entero. Me siento más misionera que antes, porque hay que ofrecer el dolor, el impedimento, el estar. Pienso que el Señor sigue fortaleciendo mi vida y con él haremos maravillas”

H.na Nazarena nos comparte: “La Superiora me pidió de ser sacramentina. Al inicio no sabía que significaba: era una persona activa, ¿qué iba a hacer? Iba a la capilla, como una estatua... Escuché una reflexión grabada que me ayudó mucho: hoy siento que Jesús es el centro de mi vida. También entendí que esta alegría no podía quedar solo para mi, así que empecé a escribir a los presos de una cárcel de Buenos Aires y también de Kenya”.
La H.na María comparte: “Estoy disfrutando muy profundamente el silencio que Dios me donó en este tiempo de mi vida. Empiezo comunidad por comunidad de nuestra región, presento al Señor cada hermana, luego voy a las hermanas que no conozco, y el mundo entero...”
La próxima semana continuamos con nuestra charla :-)
Misioneras Sacramentinas: la alegría de la misión Misioneras Sacramentinas: la alegría de la misión Reviewed by ABConsolata on 13:20 Rating: 5

1 comentario:

  1. Gracias queridas hermanas por su entrega generosa y constante al Señor. Recuerdenme en algunas de sus oraciones :-). Las quiero mucho un abrazo a cada una.

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