Primeros pasos en Vilacaya

Llegamos en la madrugada del día primero de febrero. Nuestro párroco, Padre Mario, vino a buscarnos a Villazón y manejó toda la noche hasta Vilacaya: nosotras cuatro hermanas dentro de la camioneta, y afuera los jóvenes de la Parroquia con nuestros bolsos. Cuando llegamos, sólo había la luna clara, el silencio que nos envolvía y cuatro camas ya listas, preparadas tan amorosamente por la hermana Piera de Puna.

primer desayuno en Vilacaya

Estas primeras dos semanas fueron marcadas por muchos encuentros y un clima festivo constante: de echo, el mismo día primero empezó la fiesta patronal a la Virgen de la Candelaria, con tres días de festejos. Luego el Carnaval alegró las calles de Potosí (donde estuvimos para empezar nuestros trámites de visa) y de los pueblos campesinos.

el encuentro de la Virgen con el niño

La gente nos recibió con mucho cariño y atención especial: el domingo 3 de febrero las autoridades tradicionales de las varias comunidades nos dieron la bienvenida: algunos en castellano, algunos en quechua. En toda el área las personas hablan quechua, y quien va a la escuela también el castellano, así que ya entendimos la necesidad de aprender el idioma, sobretodo para el trabajo en las comunidades rurales.

Vilacaya es un lugar despoblado, por la migración de los jóvenes hacia Argentina u otras ciudades de Bolivia. Para las fiestas viene mucha gente, que tiene raices aquí y que no cesa de amar su pueblo de origen.

Así que la población que hemos encontrado en estos primeros días no es la que encontraremos durante el año. Cuando empiece la escuela, novamente la gente de Vilacaya asumirá otro rostro: lo de los jóvenes que vienen de las comunidades para estudiar en la secundaria.

la feria en Belén

Todo es nuevo, con la fascinación que tiene la novedad, y también con el cansancio que engendra. Tenemos mucho deseo de poder caminar con este pueblo, en un cambio mutuo de dones, compartiendo la vida de cada día.

Pronto les comunicaremos otros pasitos en nuestra misión tan querida. ¡Hasta luego!

Hna Gabriella, Hna Susan, Hna Stefania y Hna Emma.