Una Misa de réquiem para mí
Escuché con atención los discursos fúnebres
sobre mi vida, recién terminada: muchas personas se pusieron de pie para cantar
las alabanzas de todo lo que había hecho en la tierra, de los beneficios que
les había mostrado, de las millas que habíamos cruzado juntos, de los viajes
todavía teníamos que hacer... Entonces el sacerdote apareció junto con los monaguillos
y poco a poco mi cuerpo sin vida estaba siendo bajado a la tierra para ser
mezclado para siempre en la tierra de donde vino. En este momento salté de la
cama sudando y jadeando en voz alta, me tocó a mí misma y suspiré! Sólo para
comprobar si es que estaba realmente muerta o era sólo una pesadilla. ¡Sí! Yo
todavía estaba viva aunque sacudida un poco. Me senté en mi cama para
reflexionar sobre la homilía del sacerdote que había oído a mi supuesta misa de
réquiem "esta señorita estamos enterrando teníamos un montón de
posibilidades dentro de ella, ella pudo haber tenido algunas tareas sin
terminar y sin embargo, Dios en su sabiduría ... .. "En ese momento
entendí el mensaje del sueño: que tengo un gran potencial dentro de mí que si
no lo aprovecho permanecería oculto y perdido para siempre. Me quedé asombrada
por el sueño y despierta. Más tarde,
después de unos minutos me di cuenta que tenía mucho trabajo que hacer para mi
formación personal.
Tomé un papel y un lápiz y empecé a pensar
seriamente acerca de mi vida; ésto me llevó a llegar a las siguientes preguntas
para una reflexión
diaria: ¿cuáles son mis capacidades y talentos? ¿Cuáles
son mis aficiones? ¿Cuáles son mis alegrías y tristezas, ¿a quién tengo que
conciliar con la actualidad? ¿Cuál pasado tengo que necesita reconciliación?
¿A quién considero un enemigo? ¿Quién ha hecho daño a mí y cuando voy a
perdonar a él / ella? Quién me ha amado y cómo puedo apreciarlo/la? Reflexioné
sobre los viajes que se supone debo hacer para llegar a ser una mejor persona y
que seguí posponiendo, la caridad que no hice aún, los
lugares que me había propuesto visitar, las personas que había prometido acompañar
en mi oración, y que me había olvidado y de donde quiero estar después de mi
muerte, del legado que quiero vivir detrás. Con todo ésto me di cuenta de que,
efectivamente, tenía un montón de tareas para cumplir en esta tierra y que el
viaje debe comenzar ahora, hoy.
Queridos jóvenes, juntos tenemos un largo
viaje: hay que vivir su vida al máximo. Por favor, no permitan que se mueran
antes de aprovechar plenamente esos potenciales dentro de nosotros Pregunten
por las gracias que a diario necesitan para poder vivir cada momento a la vez y
estoy segura de que nuestro Dios misericordioso en su ternura y compasión les
guiará en todos sus viajes. ¡Bendiciones!
Una Misa de réquiem para mí
Reviewed by abconsolata
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