El primer anuncio de la Navidad

Aquí llegan, nuestr@s herman@s en el carisma: después de un largo viaje de dos días enteros, con muchos bolsos llenos de cariño y bondad: Nestor y Rosario, un matrimonio de laicos misioneros de la Consolata de Merlo (Bs As), regresa a Vilacaya por la segunda vez, para donar un poco de consolación a los más pequeños, y para dar el primer anuncio del nacimiento de Jesús, igual que los ángeles, más de 2000 años atrás. Así es, pues con la comunidad de Misioneras de la Consolata de Vilacaya, Nestor y Rosario animan cuatro intensos días de Campamento de Navidad a un grupo de 150 niños de las comunidades de Sunchu Pampa, Muña K’asa, Villanueva y Molino Pampa. En el campo poco se habla de Navidad y no se festeja: las fiestas más celebradas son Carnaval y Todos los Santos, tiempos vitales para el campo, donde el ciclo de la naturaleza encuentra el espacio de celebración comunitaria. Así que, muy probablemente, para varios niños fue la primera vez que escucharon hablar de Navidad y del Nacimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.

Nestor y Rosario en la celebración de inicio

Fueron varias las maneras para dar esta maravillosa noticia del Nacimiento de Jesús: una carpeta, de a poquito armada por cada niño, donde con dibujos se ilustraba el camino hacia Belén. Hubo películas, cantos, y la oración, guidada por Nestor que es diácono permanente, con la cual ya celebramos la fiesta de Navidad. No faltaron tiempos de manualidades: hermosas estrellas de maderita, manillas de lana, figuras en goma eva, y mucho más. Al final, cada niño armó un lindo pesebre para llevar a su casa: el Director del Nucleo Educativo , al despedir el numeroso grupo, dijo a los alumnos: “Lleven a su casa el pesebre, digan a sus padres que ha nacido el Salvador, que hay que festejar por eso”. ¡Cada pequeño se vuelve misionero de la alegría!

preparando a full

Este año 2016 fue muy sufrido por nuestra gente: llovió poco y la lluvia tarda en llegar. Fuimos al cerro – como es costumbre aquí – para pedir el don del agua. Cada niño rezando en alta voz: “Agua, Tatay” = agua, mi Señor. Todavía la lluvia no llegó, la situación es muy crítica. Pero la pregunta que nos hacíamos al inicio de cada día era: “¿Quieren estar felices hoy?”. La respuesta, gritada y convencida, era siempre: “¡Si!”. La sonrisa, el entusiasmo de los niños nos enseñan que la vida sigue, a pesar de las dificultades.

entrega de las carpetas

El último día del Campamento, divididos en los tres grupos de trabajo, los alumnos presentaron los pesebres vivientes, que resultaron lindísimos: ¡otra manera de anunciar que Jesús nace por amor nuestro!

pesebre viviente

Un GRACIAS DE CORAZÓN a Nestor y Rosario por el lindo testimonio que dieron a nosotras hermanas y a la gente. Ellos dos vinieron, pero involucrando un montón de personas: sus bolsos llenos de cariño, como escribíamos al inicio, tenían juguetes y material para los pequeños: hicimos un Bingo donde nadie se quedó perdedor, y aprendimos también varias manualidades para la alegría de todos. Una misionariedad contagiosa, que abre el corazón de los demás, cercanos y lejanos. ¡Somos una linda familia misionera!