¡FELICES PASCUAS!

Hay una costumbre muy linda en el pueblo de la provincia Linares - Potosí (Bolivia): las mujeres se reúnen durante el tiempo de Cuaresma para rezar, y lo hacen al rededor de una cruz florecida: febrero y marzo son los meses en que hay flores, así que la naturaleza contribuye con la belleza a la oración de la comunidad. También en la Semana Santa se ponen flores al Cristo muerto: gesto de adoración.

La flor es signo de hermosura y de vida; la cruz, sin embargo, es signo de muerte. Dos realidades que representan bien la Pascua: muerte y vida, asumidas por Jesucristo, Dios y hombre. El no rechazó la muerte, fue obediente hasta la cruz, por eso Dios lo levantó y le dio el nombre sobre todo nombre (así dice San Pablo a los Filipenses).

La cruz florecida sea el signo que acompañe nuestra fe: a veces en la vida tenemos cruces pesadas para cargar, sin embargo sabemos que Jesús la cargó antes que nosotros, más aún: es compañero fiel pues sabe lo que significa el sufrimiento.

Así que lo que queremos desear a cada uno/a de Ustedes en esta Pascua sea de aprender que la cruz y las flores están siempre juntas, como en la cruz de las mujeres potosinas, o sea: no hay cruz sin vida, pues Dios asumió la cruz y compartió la vida de la resurrección.

¡FELICES PASCUAS!