Enséñame a vivir la vida en tu presencia Señor

Lindo testimonio de Nadia y Muriel que empezaron su formación en la congregación

Muriel y Nadia

El día 30 de marzo  en Isla de Cañas fue distinto a los demás. Al comenzar la mañana en comunidad, todo indicaba que iba a hacer un gran día, reuniéndonos con la Hermana Gabriella Bono compartimos un momento personal, en donde volvimos a pasar por el corazón aquel 1º encuentro entre nosotras y Cristo, allí afloraron muchos sentimientos que nos llevaron a repasar nuestra historia desde aquella  primera visita a las hermanas hasta el día de hoy.

la jóvenes con la comunidad de Isla de Cañas y el Conssejo Regional

 Durante la tarde pudimos compartir una caminata hasta el rio, donde siguieron haciéndose presente los signos de Dios, en las charlas y en la complicidad del caminar juntas. Al caer la tarde se acercaba la hora de la misa celebrada por el P. Julio Vallejos, momento en el que volvíamos a decirle SI al Señor, para poder ser parte del Instituto  Misioneras de la Consolata, recibiendo allí un signo de amor y familia.

Muchas cosas pasaron por nuestras cabezas, familias, amigos, momentos compartidos, Hermanas que han dejado huella profunda en nuestro camino y otras tantas por el corazón. Todas nacidas desde la alegría, el consuelo y la esperanza, con la seguridad que este camino nos conduce a la felicidad.

Desde un inicio se sintió muy vivo a Dios en la compañía de las Hermanas y de la gente del pueblo la cual con gran alegría y entusiasmo nos esperaba y recibía. Tanto así que la celebración se convirtió  en fiesta donde compartimos la mesa en familia.

Llegando al final de la Jornada pudimos repasar aquella razón la cual nos trajo hasta aquí, la vida del anuncio y el amor compartido. Pudiendo pedirle al Señor que siempre nos enseñe a vivir en su presencia para poder amar y anunciar.

Muriel Leiva y Nadia Leitner