MISERICORDIA en la Sierva de Dios Leonella Sgorbati

En este año de la misericordia, ¿cómo no recordar las personas que nos precedieron, y que ahora son nuestros ejemplos de fe y caridad?

Ya presentamos en este blog el Beato José Allamano, la Beata Irene Stefani, hoy queremos hablar de la Hermana Leonella Sgorbati, misionera de la Consolata, hoy Sierva de Dios para la Iglesia, pues está en proceso de reconocimiento de martirio. De hecho, Hna Leonella fue asesinada en Somalia por unos fundamentalistas, en 2006.

No fue una casualidad: Hna Leonella donó toda su vida por la misión, por el bien de la gente: esta muerte dice de una misionera que dio todo, siempre, hasta el final: sus últimas palabras fueron: "Perdón, perdón, perdón".

Hna Leonella desde joven entendió que Dios es amor, y su corazón generoso y alegre sabía transmitirlo de mil maneras: con chistes, sonrisas, trabajando sin descanso, dedicando todo su tiempo a los demás y nada para ella. ¡De tal palo tal astilla! También el Beato José Allamano tenía una sonrisa que tocaba el corazón, y así la Beata Irene Stefani...

La misericordia, en Hna Leonella, se manifestaba de manera especial para los jóvenes: como responsable de la escuela para enfermeros, todas sus energías eran para el bien y el crecimiento integral de los jóvenes, especialmente de las estudiantes. Sabía cuando ellas necesitaban de ayuda, y también cuando era sólo un poco de cariño que buscaban, sobretodo cuando se presentaban con dolorcitos de nada, pero que la Hna Leonella atendía como cosas serias. Y si una alumna quedaba embarazada, la acompañaba y hacía de todo para que pudiese terminar los estudios.

Fue este grande amor para con las nuevas generaciones que llevó la Hna Leonella a Somalia. Ella quería dar una esperanza a este pueblo, herido por una guerra sin fin, formando jóvenes enfermeros que atenderían de manera especial las madres y los niños.

Este proyecto no gustaba a muchos musulmanes, que tenían miedo que la hermana quisiera convertir en cristianos a sus alumnos, por esta razón la asesinaron el día 17 de septiembre de 2006. La Hna Leonella terminó su vida pronunciando las mismas palabras de Jesús: “Perdón, perdón, perdón”. El perdón que el Hijo de Dios dio en la cruz, el perdón como expresión de la Misericordia de Dios, que todo cubre con la luz del amor divino.

La Hna Leonella pudo terminar su vida de esta manera porque por todo su camino de fe hizo experiencia del amor y misericordia de Dios y se dejó trasformar por él.