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Misioneras de la Consolata en Argentina y Bolivia
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La primera Misionera de la Consolata

A cada uno le sonríe una luz en la vida. Cuando se la ha vislumbrado, el corazón canta y pone alas. Así fue para la Hna PAULINA BERTINO, la primera Misionera de la Consolata, que nació en Uruguay, luego regresando a Italia, de donde venía la familia, conoce el Instituto de las Misioneras de la Consolata... ¡antes que el Instituto exista! Un lindo recuerdo para recordar el aniversario de Fundación de nuestra Familia misisonera, el día 29 de enero


"Gabriel Perboyre, misionero mártir en la China". La niña hojeaba las páginas del libro con un estremecimiento intenso de emoción. ¡Qué destino grande, heroico el de ser misionero! San Pablo lo sintetizaba en una sola frase: "Hay de mi si no evangelizo!"
"Gabriel Perboyre, misionero mártir. He aquí mi protector, he aquí mi vocación!" dijo con firmeza la joven Gabriela.

En el 1908 se presenta al canónigo José Allamano, rector del Santuario de la Consolata en Turín, una chica que aún no ha cumplido sus veinte años, pidiéndole que la aceptara entre las Misioneras de la Consolata. Gran sorpres para el santo cura, que le preguntó a la joven quien le habló de ese Instituto que aún no existía y que probablemente nunca existirá.

Y Gabriela, porque era la inesperada aspirante que escuchó hablar de los misioneros de la COnsolata fundados por el padre Allamano, y que por eso pensó que hubieran también hermanas con esa denominación, a la respuesta negativa y ante la invitación de dirigirse a otro instituto, respondió: "No, no, yo quiero ser misionera de la Consolata. Si el Instituto todavía no existe, yo esperaré que se funde".

el primer grupo de hermanas misioneras de la Consolata.
Hna Paulina es la cuarta de la izquierda, cerca de la Consolata

Y Gabriela esperó. En el 1910 ingresó en el Instituto que nacía, tomó el nombre de Paulina. ¿Por qué no Paula? Porque si ella, humilde y débil mujer, nunca habría tenido su impetuosa y multiforme actividad ni su profundidad teológica, en cambio habría palpitado del mismo amor y. como él, se habría gastado y sobregastado por las almas con silenciosa y total dedicación. Sería una "pequeña Paula".

Y así fue: fue destinada al Kenya, primer lugar de misión de la familia consolatina, vivió en África 35 años entre Kenya y Tanzania, sin un momento de descanso, sin volver a Italia. Una verdadera pequeña Paula, que esparció el Evangelio, lo hizo conocer a quienes todavía no sabían quién era Jesucristo.

¡Que desde el Cielo proteja e interceda por nuestra Familia Consolatina!

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1 comentario:

  1. Misioneras de la Consolata, mujeres sencillas, humildes, llenas de ese espíritu de servicio dándosen a los más necesitados del mundo.
    Ejemplos dignos de imitar

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