MISERICORDIA en el corazón de la Beata Irene Stefani

Mayo 2015: en cada rincón del Kenya el nombre “Nyaatha” era pronunciado y conocido por la mayoría de la gente. Nyaatha: un nombre kikuyu pero su sentido profundo era claro a todas la etnias. Significa “la misericordia hecha persona”, y éste es el nombre dado a la Beata Irene Stefani cuando vivía en Gekondi, hace casi un siglo.

¿Cómo no recordarla en este Año Santo de la Misericordia? Pero, de que manera la Beata Irene vivía la misericordia? ¿Tiene algo para decir a nosotros, gente del siglo XXI?

Hermana Irene fue enfermera en el tiempo de la guerra, profesora en su estadía en Gekondi: en sus actividades la misionera hacía conocer la misericordia de Dios, pero un trabajo extra (que robaba horas al descanso) nos hace ver su entrega total para el bien de la persona: la asistencia a los moribundos.

Hna Irene en los campos militares como enfermera

A cualquier hora del día y de la noche Irene estaba lista para asistir una persona, en las últimas horas de su vida, y la gente lo sabía: así que niños o adultos no tenían miedo de molestarla, y para Hna Irene se trataba de la cosa más importante. El momento de la muerte es difícil, a veces se trataba de personas no bautizadas, y en aquel entonces significaba no poder entrar en la comunión con Dios. La fe de la misionera, su caridad y su santa terquedad hacían el milagro de la conversión también en los casos más difíciles. ¿El resultado? Las personas morían en paz, también cuando por la enfermedad la familia las abandonaban. Y la misericordia de Irene empujaba otros a ser misericordiosos: el miedo cultural de los muertos era vencido por la piedad, así que los colaboradores de la hermana daban un entierro digno a los muertos, en lugar de dejarlos abandonados en el monte.

Como enfermera entre los más pobres, la Beata daba la caridad más grande, como profesora en Gekondi, no sólo enseñaba, sino que suplicaba los chicos y sus familias para que estudiasen. Y cuando todos entendieron la importancia de la escuela, algunos empezaron a decir que la hermana no era bastante preparada para ser docente. Nyaatha no reacciónó con rabia, dio razón a los que la criticaban, siempre misericordiosa y capaz de perdón.

Así que su lema juvenil: “Amaré la caridad más que a mí misma” no quedó un deseo teórico, sino un programa de vida realizado en plenitud. No lo dicen sólo sus hermanas, sino la gente lo prueba de manera sencilla, llamándola Nyaatha. Irene murió por su caridad extrema en 1930; muchos años después, volviendo a Gekondi, el recuerdo vivo de la santa misionera es guardado en su nombre, nunca olvidado: NYAATHA. Y hoy sigue siendo el nombre de un lindo ejemplo de misericordia.

En los meses que siguen presentaremos la vida de la Beata Irene, escrita en el libro “El Evangelio de la sonrisa”, para saborear en los detalles la misericordia de Nyaatha.