Asamblea regional. Soñando juntas

Es siempre una alegría volver a Moreno, en nuestra casa regional, y por distintas razones: primero, para poder abrazar nuestras hermanas, después de tantos meses de trabajo, perdidas cada una en su rincón misionero. Segundo, para soñar juntas los caminos de la misión, con el deseo de bien, de anuncio y de encontrar las sendas de Dios, los caminos que él ha soñado antes de donarnos los mismos sueños a nosotras.

Nos reunimos del 4 al 8 de julio, llegando de las distintas comunidades: Vilacaya (Bolivia), Isla de Cañas, Mendoza, Merlo y Moreno, con la dicha en este año de tener con nosotras Muriel y Nadia, que han ingresado al Instituto en marzo y que comparten con nosotras la vida misionera y comunitaria. Son muchos años que no tenemos jóvenes en formación, así que sentimos cuanto grande es este don de Dios para nuestra familia. Nos dieron una buena mano en la organización de la casa, y también con ellas tuvimos momentos de comunión y compartir.

sentimos mucho la presencia del Fundador y de la Virgen Consolata

Cada comunidad compartió su camino, y tuvimos tiempo también para mirar a la historia de nuestra misión en Argentina y Bolivia, ahí nuestras hermanas mayores abrieron los cofres de su memoria, que contiene tesoros preciosos: sus recuerdos nos hablan de la presencia de Dios en nuestros caminos, y la riqueza del encuentro con la gente y las culturas. Fue un momento tan lindo, que merece un artículo a parte. ¡Prepárense a cosas lindas!

Hna Mercy ( a la derecha) recién llegada a la Región

Papa Francisco habla a los religiosos de hacer memoria con gratitud del pasado, pero nos invita también a mirar al futuro con esperanza: así que un día viajamos a... Asia! Con los proyectos de nuevas aperturas en este continente en que todavía pocos conocen a Cristo. Todas vibrábamos, también las hermanas mayores que podrían decir: "Eso ya no es para mí". Pero la misión es un fuego que quema adentro siempre, y todas iremos a Asia, sin duda! Algunas con las valijas en la mano, las otras en la capilla, arrodilladas para pedir la gracias de Dios a quienes se dedican al primer anuncio del Evangelio.